Compartir frente a una, cien o miles de personas una idea que puede cambiar sus vidas y el futuro de los niños es una experiencia inolvidable.
La primera vez que di una conferencia presencial fue en la ciudad de Villahermosa, Tabasco, en México, lo que más emocionaba era saber que iba a tener la oportunidad de conocerte, de estar cerca de ti y escucharte.
He visto la diferencia entre los conferencistas presenciales y virtuales que corren sin tener ningún tipo de interacción con el público, los que parece que dan la plática leyendo sin preocuparles su audiencia o que terminando de darla simplemente ya no los vuelves a ver en todo el evento.
He dado conferencias para: